30 octubre 2024
Pedro Cerezo Galán

Un maestro de teología en tiempos de necesidad

Resumen de la ponencia

La intervención del Sr. Cerezo Galán, bajo el título “Un maestro de teología en tiempos de necesidad”, fue un comentario de la obra de Don Olegario González de Cardedal con motivo del homenaje a su antigüedad académica previsto por el Instituto de España. De sus noventa años de vida,  casi cuarenta ha dedicado don Olegario a ilustrar las sesiones de la Academia con su palabra, su presencia y su ejemplo. Todavía resuena en nuestra mente su última intervención en la Academia, “Experiencias humanas fundamentales y la pregunta por Dios”, un denso e iluminador estudio, entre la filosofía y la teología, acerca de la apertura existencial, en el hombre de hoy, al horizonte religioso de lo divino. Nos felicitamos todos y alegramos con él por una vida tan longeva, que lo convierte   hoy en un anciano venerable y querido. Pero este no es el criterio decisivo. De poco vale la longevidad si no es de una vida fecunda y creadora, de alta y noble calidad intelectual y humana, con público reconocimiento en nuestra nación y fuera de nuestras fronteras. Como saben Vds., el Premio internacional Joseph Ratzinger, otorgado por el Vaticano por primera vez en 2011, el equivalente para entendernos a un premio Nobel de teología, le fue concedido a don Olegario González de Cardedal por el ingente y excepcional relieve de su obra, y fue así consagrado mundialmente como un gran maestro de Teología. Como escribí por entonces en la tercera de ABC: “los que creyeran ingenuamente que la teología española se agotaba en las escuelas salmantinas del siglo de oro, se sorprenderán del alcance mundial de este reconocimiento de un maestro de teología, que viene a culminar la regeneración de la teología española durante el siglo XX”. Hoy ratifico ese juicio. Después de rastrear durante meses, en asidua lectura y creciente interés,   su inmensa obra teológica, que ya conocía en buena parte, me confirmo en la convicción de que representa una cumbre muy alta de la teología española, y se cuenta entre las cimas más señeras de la teología europea, con la que se mantiene en diálogo incesante. Y no solo de la teología, sino de la espiritualidad, de la civilidad o ética pública, de la hermenéutica religiosa literaria.  Y todo ello en una actitud mediadora, franca y dialogante, más allá del integrismo religioso y del radicalismo teológico/ progresista,  en una hora difícil de la transición política española y de la otra transición teológica del concilio Vaticano II, empeñado él siempre en una voluntad radical de entendimiento,  o lo que es lo mismo, en una obra de reconciliación y concordia. Ha sido la de don Olegario una vida de plena dedicación al estudio y la meditación, en que alterna el callado y severo recogimiento del taller del escritor con la ferviente labor pastoral y la otra labor cultural en la Academia o en la prensa española, donde son frecuentes sus artículos de opinión. La palabra que acude espontáneamente a mis labios para celebrar esta vigorosa vida intelectual es “plenitud”,  colmada madurez, humana y cristiana, de la que hemos podido gozar durante muchos años todos sus compañeros y amigos.

 Tras esta salutación, y dada la inmensa amplitud de la obra teológica, que ha sido reseñada en el discurso, el Sr. Cerezo Galán se ciñó a una faceta de la personalidad del homenajeado, su  talento como fino hermeneuta literario, como prueba su obra  Cuatro poetas desde la otra ladera (1996),  el más bello, incitante, y sugestivo de sus libros, donde lleva a cabo un fecundo y esclarecedor  diálogo  de  la teología con la poesía, centrándose en cuatro poetas modernos, Miguel de Unamuno, Antonio Machado,  Jean Paul Richter y Oscar Wilde  No es una novedad  enteramente en  su obra, pues con frecuencia don Olegario  hace sonar en ella la palabra de la poesía como   orientación de sentido. El título “desde la otra ladera” está inspirado en el famoso libro de Dámaso Alonso sobre san Juan de la Cruz, en que analizaba su poesía mística desde la ladera de la literatura. Ahora, por inversión de perspectivas, se trata de considerar la obra poética de estos cuatro grandes autores desde la ladera de la teología, y más precisamente de la Cristología.