La Sede: historia, arte y leyenda

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Una sede con mucha historia y leyenda: La Casa y Torre de los Lujanes (Plaza de la Villa números 2-3 de Madrid). Los primeros años

Las primeras reuniones de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (RACMYP) en 1857-1858 se celebraron en un local del Ministerio de Fomento compartido con la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, si bien la sesión inaugural fue en la sede de la Real Academia de la Historia. Pendiente de que se le asignara un local definitivo, se reunió entre marzo de 1859 y junio de 1863 en la Casa de la Panadería (Plaza Mayor de Madrid), si bien todavía tuvo que trasladar sus sesiones entre 1863 y 1866 a un local en la calle Concepción Jerónima núm. 7 (Madrid).

La sede definitiva

En 1866, el presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Lorenzo Arrazola, consiguió del marqués de la Vega de Armijo la Real Orden que asignó a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas parte de la Casa y Torre de los Lujanes (el núm. 2) como sede oficial.

Desde el 1 de mayo de 1866, la Academia celebró su primera sesión en la Casa de los Lujanes.

Así pues, la historia de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (RACMYP) está ligada, casi desde su creación, a la del edificio civil más antiguo de Madrid , la Casa y Torre de los Lujanes, edificios comprados por el Estado a los herederos de la familia de los Lujanes.

La Casa y Torre fueron salvados de la demolición en 1858 para convertirse -tras una reforma profunda- en sede simultáneamente de:

  • La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales -ocupando entonces la planta baja hasta su traslado en 1894 a su actual sede en la calle Valverde-.
  • La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (planta segunda)
  • La Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País (parte baja de la Torre, donde continúan -a pesar de una Orden Ministerial de 1967 que les obligaba a desocupar y les daba nueva sede).

Comenzó a mediados del siglo XIX el proceso de recuperación de un edificio histórico, en donde se sostiene que estuvo aposentado el rey de Francia Francisco I tras su derrota en la batalla de Pavía en 1525 y hasta la firma del Tratado de Madrid -aunque no está plenamente documentado si estuvo en el Alcázar o en la Casa de los Lujanes-. 

En 1854 el Ayuntamiento aprobó un plan de alineación de la plaza de la Villa con el que pretendía ampliarse y acondicionar la estrecha calle del Codo para que pudieran pasar los carruajes, un plan que afectaba de lleno a la Torre. Su dueño, el conde de Oñate sostuvo que, dado el mal estado en que se encontraba la Torre, era mejor derribarla y construir otra.

Sin embargo, en 1859 el marqués de la Vega de Armijo obtuvo de la Reina Isabel II una Real Orden que eximía a la Torre de la alineación, prohibía hacer cualquier obra que pudiera afectarla por considerarla «gloria nacional», e instaba a las autoridades para que la adquirieran. Así, ya sea el probable hecho del aposento o prisión de Francisco I de Francia, ya sea su mito, sirvió para preservar la Torre y la Casa.

Restauración de un edificio en estado ruinoso

A mediados del siglo XIX la Casa y la Torre tenían un estado ruinoso que amenazaba su demolición.

El Estado compró los edificios cuando estaban a punto de sucumbir a la piqueta, dado su lamentable estado de conservación. Se hicieron reformas en el edificio, aunque con escasa consideración a su carácter histórico. La fachada de la Torre fue enfoscada y se adornaron las cornisas y ventanas, al tiempo que se le colocaban unas raras almenas., edificios

Compárese con el conjunto en su configuración original en un grabado que la recordaba.

La Casa y la Torre se convirtieron en sede definitiva desde 1866, si bien fue compartida inicialmente -como ya se ha señalado- con la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (hasta 1894) y con la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, que se acomodaron en la planta baja.

La Sede definitiva y actual de la RACMYP ocupa los pisos medios y altos de la Torre y los edificios completos de los números 2 y 3 de la hermosa Plaza de la Villa en Madrid.

Enfrente de la sede se encuentra la Casa Consistorial de Madrid (antigua sede principal del Ayuntamiento de Madrid), y a la izquierda la denominada Casa de Cisneros. Ha sufrido amplias restauraciones -algunas muy criticadas como la citada a mediados del siglo XIX justo cuando se destinó a las Academias y que le hicieron perder su aspecto original-.

Nuevas restauraciones y la ampliación de la Casa

El Ayuntamiento de Madrid trató de devolver el aspecto anterior y encargó una nueva restauración en 1910. Se hizo cargo de la restauración el arquitecto Luis Bellido -que remodeló toda la Plaza de la Villa- retiró el enfoscado, los adornos en ventanas y cornisas y las almenas y le devolvió el aparejo original.

Durante la II República se hicieron obras menores de reparación, revoco e instalación eléctrica. De nuevo, el interior fue reformado y modernizado en 1990-1992.

El Ayuntamiento de Madrid cedió en 1996 a la RACMYP, mediante un Convenio, la Casa de D. Álvaro de Lujan (la núm. 3) por 50 años. Con cargo a la Real Academia ser restauró y rehabilitó en 1998 ese edificio destinado a Biblioteca y salas para actos culturales y con el apoyo de instituciones estatales, madrileñas y privadas. Se encargó de ello al arquitecto Fernando Chueca Goitia. La Torre tuvo que ser de nuevo rehabilitada en 2014 y se abrieron varios espacios de trabajo en su seno.

El conjunto monumental. Origen de la Casa de los Lujanes en la Plaza de la Villa.

A mediados del siglo XIX la Casa y la Torre tenían un estado ruinoso que amenazaba su demolición.

El Estado compró los edificios cuando estaban a punto de sucumbir a la piqueta, dado su lamentable estado de conservación. Se hicieron reformas en el edificio, aunque con escasa consideración a su carácter histórico. La fachada de la Torre fue enfoscada y se adornaron las cornisas y ventanas, al tiempo que se le colocaban unas raras almenas.

Plano de Texeira de 1656, conservado en la RACMYP

La Casa y Torre de los Lujanes data de la segunda mitad del siglo XV, cuando la Plaza de la Villa (entonces de San Salvador), se situaba en el eje de la vida urbana madrileña al equidistar del Alcázar y de la puerta de Guadalajara, que sería destruida en 1580. La plaza recibía su nombre de la iglesia que la presidía y que cobró auge como sede del concejo y del regimiento a partir del siglo XIV. En el atrio los vecinos solían tratar los asuntos comunes, mientras en la plaza se concentraba la actividad comercial.

Pero cuando la familia de los Luján, un antiguo linaje aragonés proveniente de la aldea de Luján (ayuntamiento de Muro de Roda, partido judicial de Boltaña, en Huesca) se instaló en la plaza de San Salvador, ésta era el centro de la ciudad.

El conjunto es de estilo mudéjar y consta de un caserón señorial de ladrillo visto y una robusta Torre -aunque antes de ser sede tuvo muchos problemas como la propia Casa-. La Casa y la Torre han sufrido muchas restauraciones no siempre afortunadas.

Los tres escudos del edificio principal (número 2, sede principal de la RACMYP) señalan la residencia del regidor Pedro de Luján y de su primera esposa Isabel de Aponte desde 1450 adquirida en una subasta. A fines del XV, la casa se repartió entre los hermanos.

La casa de Juan de Luján (con el número 2) destaca por su portal gótico, con los escudos familiares y en ella se encuentran las principales salas de la RACMYP.

Al otro hermano, Álvaro, le correspondió el número 3, que se distingue por su bello arco de herradura mudéjar único en Madrid.

La Casa de Álvaro de Luján no se incorporó a la sede de la RACMYP hasta 1996.

Casa de Álvaro de Luján, número tres.
Casa de Álvaro de Luján, número tres.

El núm. 3 albergó la Hemeroteca municipal hasta su traslado al remodelado centro cultural del Cuartel del Conde Duque, siendo entonces cedida por el Ayuntamiento de Madrid para su uso por la RACMYP. Dispone de un patio abierto (patio toledano), varias salas y un salón de actos – salón Fuentes Quintana para conferencias, presentaciones de libros, coloquios, etc

Volvamos al núm. 2, la casa de Juan de Luján.
Allí encontramos los ambientes isabelinos: la sala-biblioteca Colmeiro, el salón de la Reina y la sala de Juntas.
Son el corazón de la Academia (casa núm. 2) . Conserva todo el espíritu y la decoración isabelina de la década de 1860, cuando se estableció la sede de la RACMYP en el piso alto de esta casa.
La sala con la biblioteca Colmeiro (en honor del Académico Manuel Colmeiro y Penido, ilustre abogado, economista y precursor del Derecho Administrativo) es muy singular, de madera y techos artesonados.

Cuenta con una angosta galería a la que se accede por cuatro escaleras de caracol escondidas tras puertas circulares de madera.

El salón de la Reina se utiliza para los actos más institucionales, particularmente para los discursos de ingreso o recepción de nuevos Académicos y Académicas.

Finalmente, la sala de Juntas, con amplias ventanas que miran al palacio del ayuntamiento (Casa Consistorial)

La Sala de las Juntas Ordinarias o Plenos está rodeada sus paredes de libros hasta el techo, está preparada para las ponencias y debates de los plenos de los martes que semanalmente reúne a los Académicos.

La Torre. Es una construcción maciza, herencia defensiva de los castillos medievales, en este caso de carácter más simbólico. Tiene tres plantas, rematada por una torreta con cubierta a cuatro aguas.

Dado que era uno de los edificios más altos de la capital, en su azotea se instaló en la primera mitad del siglo XIX un telégrafo óptico de la línea férrea Madrid-Aranjuez. Su entrada a la parte media y alta se hace desde el Edificio principal, sede de la RACMYP (núm. 2). Su entrada desde el exterior a la parte baja es por una puerta de herradura en la fachada de la Torre que da a la calle del Codo, y alberga en su zona baja a la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País

La escalera gótica. Procede del antiguo Hospital de La Latina (1499), que fuera fundado por Francisco Ramírez y su esposa la salmantina Beatriz Galindo “la Latina” . El monasterio y hospital, construidos a su costa, fue derribado en 1904 para ensanchar la calle de Toledo. Se salvó su fachada (hoy en la Escuela de Arquitectura de la UCM) mientras que la bella balaustrada de la escalera gótica se incluyó en la reforma  de la incorporada Casa núm. 3 por el arquitecto Chueca Goitia en los años ochenta. Esa escalera es, por consiguiente, uno de los elementos más antiguos de la Casa y uno de los pocos restos preservados del gótico en Madrid.

El patio toledano. Es uno de los dos patios que forman el conjunto de la Casa (nº 3).  Cuenta con una fuente central y está rodeado por elegantes columnas toledanas y antiguas vigas de madera.

La Torre: Francisco I de Francia y otros

La historia sobre la estancia en la Torre de Francisco I no ha contado con el beneplácito unánime de los historiadores. Pero la leyenda existía, y hasta quedó recogida por Lope de Vega en una carta cuando escribió: «Yo nací en Madrid, pared por medio de donde puso Carlos Quinto la soberbia de Francia entre dos paredes». Lope de Vega había nacido en una casa de la calle Mayor esquina a la plaza de San Salvador, pared con pared con la Torre de los Lujanes.

Recogía así Lope de Vega una tradición que tenía también sus fundamentos eruditos, como el de un religioso de nombre desconocido que en 1612, en una Relation d’un voyage en Espagne, aludió a una «Tour fort ancienne. Carrée, fort haute, a peu fenêtres et la porte murée», torre en la que estuvo Francisco I y que bien podría ser la Torre de los Lujanes.

Fuentes:

  • Anuario, Descripción general, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, publicación anual.
  • José M. de Francisco Olmos, La Torre de los Lujanes: la fuerza de la historia
  • José Cepeda Adán y José M. de Francisco Olmos, La Torre de los Lujanes, sede de la Real Academia de Ciencias Morales y políticas: una leyenda que salva un monumento. (Texto por encargo y depositado en la RACMYP).

  • Emilio de Diego García, La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (1857-2007). Cultura y Política en la España Contemporánea, Madrid, 2009. 

  • Mercedes Gómez: Torre de los Lujanes (https://artedemadrid.wordpress.com/2010/04/14/torre-de-los-lujanes/).

Francisco I, rey de Francia, entrando prisionero en la Torre de los Lujanes. Cuadro de Antonio Pérez Rubio (1822-1844), Museo Nacional del Prado, Madrid, España.
Francisco I, retrato de Jean Clouet 1480-1541, Museo del Louvre, Francia

El cronista del rey, Gil González Dávila, en su Teatro de las Grandezas de la Villa de Madrid, o el notario de la Inquisición Jerónimo de la Quintana en su Historia de la antigüedad, nobleza y grandeza de la villa de Madrid, el jesuita Claudio Climent o Alonso Suárez de Alarcón, se refirieron sin equívocos a la estancia del rey francés en la Torre de los Lujanes.

Es cierto que cuando Francisco I fue  derrotado y hecho prisionero en la batalla de Pavía, Carlos V, que se hallaba convaleciente de una enfermedad, ordenó que se le hiciera llegar a la  ciudad y se adecentara y aprovisionara el Alcázar para que  fuera custodiado allí. Francisco I emprendió un largo viaje desde Italia, deteniéndose en Nápoles, Barcelona, Tarragona, Valencia, Guadalajara y Alcalá de Henares.

En aquellos momentos, el Alcázar de Madrid no era un palacio sino un edificio de utilidad estrictamente militar. Los Reyes nunca se alojaban en él cuando estaban en Madrid, sino en casas particulares de allegados. Es probable  que cuando Francisco I llegó a Madrid el Alcázar no estuviera todavía preparado y que fuera uno de sus guardianes, Hernando de Alarcón, quien decidiera alojarle provisionalmente en alguna de las casas de la ciudad. La familia de Hernando de Alarcón tenía amistad con los Lujanes, y la casa de éstos reunía una serie de requisitos imprescindibles para tal cometido, además de la propia dignidad de la familia, que la hacían idónea para ello, como el estar dentro de la muralla y la cercanía al Alcázar. Varios autores señalan que el municipio dio alguna fiesta en honor del Rey de Francia en la Casa de los Lujanes.

Los siglos XVIII y XIX

Parece documentado que en el siglo XVIII tuvo su bufete de abogado el Licenciado Francisco Clemente en la Casa de los Lujanes en el que realizó su pasantía de abogado Manuel Belgrano. Sobre la presencia del prócer argentino General Belgrano se ha investigado con cierto detalle: “Los antiguos documentos indicaban que el bufete se encontraba “al frente de la Villa” (es decir, frente al ayuntamiento de Madrid) y que el Lic. Clemente compartía el estudio con un  escribano.[…] En la Guía de Litigantes y Pretendientes de Manuel Nifo encontramos que se hallaba…en la plazuela de la villa, casa de la torre…”  Para esos autores (Rossi Belgrano) es claro que “La casa de la torre es también conocida como la Casa y Torre de los Lujanes. ”

General Belgrano, retrato atribuido a Casimir Carbonnier (Museo Nacional de Bellas Artes, Argentina)

En el siglo XIX, la casa pasó por diferentes ocupantes. En 1846, por  ejemplo -como escribe Francisco Olmos- la ocupaban un pintor de cámara de Su Majestad, un capitán  del ejército retirado, un propietario y gentilhombre de cámara del rey, un tratante de leña y carbón, un empleado de la administración, un lavandero y un sirviente,  además de dos confiteros, uno de los cuales había sido padre de quien sería años más tarde famoso compositor, Federico Chueca.

Fuentes:

  • José M. de Francisco Olmos, La Torre de los Lujanes: la fuerza de la historia.
  • José Cepeda Adán y José M. de Francisco Olmos, La Torre de los Lujanes, sede de la Real Academia de Ciencias Morales y políticas: una leyenda que salva un monumento. (texto por encargo y depositado en la RACMYP)
  • Emilio de Diego García, La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (1857- 2007). Cultura y Política en la España Contemporánea, Madrid, 2009.

  • Mariana y Alejandro Rossi Belgrano, (2021). «Manuel Belgrano y su pasantía en España». Revista Belgranianos N.7. p. 14).

  • Mercedes Gómez