En esta intervención se analiza brevemente el Informe Draghi, y a partir de este análisis se hacen algunas consideraciones sobre la industria turística en general y, en particular, sobre la española. Este ejercicio puede tener algún interés, especialmente para el presente y el futuro próximo de nuestro desarrollo económico y social, ya que hay que tener en cuenta que es nuestro principal sector productivo, a una distancia apreciable del segundo, que es el sector del automóvil.
Dicho Informe trata de los sectores económicos del futuro, y su propósito es analizar la estrategia que la UE debe seguir para incorporarse a ellos. Y como es bien sabido, la industria turística genera mayoritariamente empleos con un bajo nivel de especialización y un alto grado de temporalidad, lo que da lugar a una baja productividad, que en algunos países llega a ser la mitad del resto de los sectores de la economía.
Algunas de las consideraciones hechas en el texto deberían ayudar a valorar mejor el impacto económico y social que la industria turística tiene en nuestro país de forma claramente creciente. Se podría aducir que, dadas nuestras indudables ventajas comparativas, este es el resultado natural de una economía abierta en un mercado, por otra parte, muy competitivo.
Pero no es el caso, ya que muchas de las externalidades negativas que genera esta actividad no están internalizadas y es bien sabido que en estas situaciones los mercados tienden a producir y consumir en exceso. Además, dados los umbrales a los que ya ha llegado la industria turística puede llegar a haber una excesiva concentración de recursos en una actividad que, por su propia naturaleza, se caracteriza por unos niveles de productividad bajos. Estos recursos pueden estar retrayéndose a otras alternativas que para los países de la Unión Europea el Informe Draghi analiza en detalle.