8 noviembre 2023
Adela Cortina Orts

¿Exige la democracia la desmoralización de la sociedad?

Resumen de la ponencia

Algunos autores aconsejan actualmente desmoralizar las sociedades democráticas, como un requisito indispensable para mantener la democracia y profundizar en ella. A su juicio, la moralización de las convicciones sitúa los debates en el nivel de lo ab-soluto, de aquello sobre lo que no se puede deliberar, cuando la deliberación es esencial a la vida democrática. La pregunta es entonces si es verdad que las convicciones morales se sitúan en el ámbito de lo absoluto, de modo que sobre ellas no cabe argumentar, o si no es ese el caso.

     Para evitar el sesgo de confirmación, que consiste en reforzar directamente las propias convicciones, la intervención dialoga con tres autores relevantes que han defendido el carácter absoluto de lo moral desde tres tradiciones filosóficas muy diversas, pero que coinciden en este punto por diferentes caminos.

     Ludwig Wittgenstein en su Conferencia sobre ética, publicada en 1965, continúa situando la moral “fuera del libro del mundo”, porque –a su juicio- ningún libro de ciencia puede contener algo que no sean significado y sentido naturales, y nuestras palabras sólo expresan hechos. De ahí que llegue a la conclusión de que la ética está más allá del lenguaje significativo, arremete contra los límites del lenguaje.

     Max Weber, por su parte, en la conferencia de 1917 Ciencia como vocación, considera que la ciencia carece de sentido, porque no tiene respuesta para las preguntas qué debemos hacer y cómo debemos vivir. Éstos no son asuntos de hechos, sino de valores. El proceso de modernización comporta la “desmagificación” del mundo, de suerte que los valores últimos han desaparecido de la vida pública.

     Más tarde, en “Política como vocación”, Weber identificará la ética de la convicción con la ética absoluta, es decir, con la ética acósmica, que no soporta la irracionalidad ética del mundo.

     Por último, en este primer tercio del siglo XXI un buen número de autores, entre los que destaca Allen Buchanan, sitúa lo moral en el terreno de las ideologías, más allá de todo debate posible.

     Tras dialogar con estas posiciones, la intervención sugiere su propia propuesta al hilo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que este año cumple 75.