¿Es posible una democracia liberal? El principio rector de la democracia es que la mayoría tiene el poder decisivo. En cambio, el del liberalismo es el de la ausencia de coacción y el acuerdo voluntario para beneficio mutuo. Aunque lógicamente hablando, la democracia es un corolario de la soberanía individual, es sin embargo posible que la fuerza de los votos dificulte la libre contratación y ponga en peligro la democracia cuando tantos son los que la ponen en cuestión: unos señalando defectos de procedimiento, otros quejándose de incapacidad para realizar sus compromisos.
Los dos problemas que hacen peligrar el sistema democrático son el denunciado por Tocqueville (la opresión de la mayoría sobre las minorías) y el señalado por Bentham (el abuso de poder de políticos y funcionarios en su beneficio). Ocurre, sin embargo, que la Ignorancia del futuro reduce la certeza de obtener beneficios por parte de quienes quieren abusar de la fuerza de su voto o el poder de su posición. Eso les lleva a moderar sus abusos: ¡la democracia se aprende!