Expuso el Sr. Suárez González algunos puntos clave de la reforma laboral de los años 2012-2013, declarada conforme con la Constitución por el Tribunal Constitucional, pero combatida por amplios sectores de la doctrina e incluso de los órganos jurisdiccionales encargados de aplicarla.
Se refirió al escaso éxito de la pretensión de fomentar los convenios colectivos de empresa y al tema de la ultraactividad de los convenios. La pretensión del legislador y del gobierno, que era la de limitar a un año la vigencia de las cláusulas normativas cuando el convenio terminaba sin renovación, se ha visto frustrada por la jurisprudencia del Tribunal Supremo que ha decidido que todo tiene que seguir como antes de la reforma en los muchísimos convenios que tienen pactada su ultraactividad indefinida.
En cuanto a los despidos colectivos, advirtió que se presta al sarcasmo la proclamación del legislador de que buscaba “la celeridad que es especialmente necesaria cuando se trata de acometer reestructuraciones empresariales” y citó varios supuestos que duraron más de dos y hasta de cuatro años.
Abordó en tercer lugar de la duración de los contratos, de la polémica “indemnización” que se reconoce incluso en los contratos por tiempo determinado y en la discriminación que supone negársela a los trabajadores interinos de la Administración. Ello ha provocado una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de 14 de septiembre de 2016 que calificó de contradictoria, confusa e inaceptable y que se tradujo en la petición por la Ministra de Empleo de un informe a seis expertos que no han llegado más que a unas conclusiones calificadas por ellos mismos de provisionales.
La última figura estudiada fue la del contrato de trabajo de apoyo a los emprendedores que, con un período de prueba de un año, ha sido fuertemente criticada por la doctrina, buena parte de la cual sostiene que se trata de una nueva figura de contrato temporal.
El Sr. Suárez González concluyó lamentando que, según la OIT, España sea campeona del empleo temporal y advirtió que la precariedad laboral crea un inmenso malestar social. Defendió el principio de permanencia de las leyes y denunció que el Derecho del Trabajo ha sido objeto de un gran deterioro.