Tras evocar la fundación del Partido Reformista, el 7 de abril de 1912 se refirió al banquete que se celebró en el Hotel Palace el 23 de octubre de 1913 y al que asistieron, como afiliados o simpatizantes, Pérez Galdós, Manuel Azaña, José Ortega y Gasset, Manuel García Morente, Fernando de los Ríos, Américo Castro, Teófilo Hernando, Augusto Barcia, Gustavo Pittaluga, Federico de Onis, Rafael María de Labra, Pedro Salinas, Adolfo Posada, Víctor Ruiz Albéniz y un interminable etcétera.
El verdadero protagonista del partido, junto a Gumersindo de Azcárate mientras vivió, fue Melquíades Álvarez, Catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Oviedo donde había recibido las enseñanzas del llamado “Grupo de Asturias”. Accedió al Congreso de los Diputados en 1901 y todos sus contemporáneos le reconocieron como un orador excepcional.
El Sr. Suárez González se refirió a algunos de los discursos que acreditaron su fama –el de Ley de jurisdicciones o el de la semana trágica – y expuso el programa que defendió el Partido Reformista durante los diecinueve años de su existencia: La reforma constitucional, para reducir las prerrogativas de la Corona, elegir a todos los miembros de Senado y establecer la autonomía regional, con definición rigurosa de la competencia exclusiva del Estado; el apartamiento del ejército de todas las contiendas políticas y la prohibición de que los poderes públicos lo emplearan en los conflictos de carácter social y económico; la libertad sindical y la legislación protectora del trabajo; el perfeccionamiento de la justicia; la reforma agraria; la explotación de todas las fuentes de riqueza de nuestro suelo y nuestro subsuelo; la modernización fiscal; la transformación de las carreras diplomática y consular y, sobre todo la educación y la cultura.
Ante la imposibilidad de resumir su actuación y la de su partido entre abril de 1912 y abril de 1931, se refirió a la guerra europea, al acercamiento a los liberales que le supuso varias defecciones, a la revolución de 1917, en la que la participación de Melquíades Álvarez el Sr. Suárez González considera un desacierto, a la guerra de Marruecos y al momento en que accede a formular un programa común con los liberales, lo que le lleva a ser elegido, tras las elecciones de abril de 1923, Presidente del Congreso de los Diputados. El 13 de septiembre de ese mismo año acabó con su mandato el Capitán General de Cataluña.
Después de comentar su actuación durante la Dictadura, el Sr. Suárez González se detuvo en la proclamación de la República, ya que el Partido Reformista se transformó en Partido Liberal Demócrata y debía reducirse al centenario del primero.
Recordó que esta Real Academia eligió a Melquíades Álvarez el 20 de noviembre de 1917 y el 27 de octubre de 1931, si bien en ninguna de esas ocasiones presentó su discurso de ingreso.
Melquíades Álvarez fue detenido el 14 de agosto de 1936 y asesinado en la medianoche del 22 en la cárcel modelo de Madrid.
El Sr. Suárez González glosó finalmente alguna de las ideas básicas defendidas por Melquíades Álvarez, refiriéndose con especial detenimiento a su visión de las autonomías regionales, necesariamente compatibles con la unidad de España.